El creciente interés por desarrollar cosméticos cruelty free tiene su origen en las profundas transformaciones que se están produciendo en el contexto actual. Hoy en día, los consumidores dan prioridad al bienestar animal en varias industrias, como la alimentaria, la textil y la cosmética.
Se trata de un cambio que refleja una creciente preocupación por las prácticas éticas, liderado principalmente por las generaciones más jóvenes (sobre todo la generación Z y los millenials) e influido por la rápida difusión de la información a través de las plataformas de los medios sociales.
En la industria alimentaria, esta mayor concienciación se traduce en una preferencia por los productos de origen vegetal, así como por etiquetas como «libres de jaulas», «criados en libertad» y «ecológicos». En la industria textil, la moda sostenible y ética ha cobrado protagonismo, ya que los consumidores dan prioridad a las marcas que son transparentes en relación a sus cadenas de suministro y a las alternativas a las pieles sintéticas.
Para la industria cosmética, las implicaciones de la creciente concienciación sobre el bienestar animal se manifiestan principalmente en la preferencia por los productos cruelty free. No obstante, las etiquetas no bastan: la transparencia en cuanto al origen de los ingredientes se ha convertido en algo crucial, al igual que las prácticas de verificación de datos, como las certificaciones de cosméticos veganos.
Es precisamente en este contexto de mayor preocupación por el bienestar animal donde puede enmarcarse la búsqueda de productos cosméticos cruelty free. A medida que los consumidores buscan marcas que opten por estas prácticas, las empresas de cosméticos satisfacen estas demandas recurriendo a procedimientos de ensayo cada vez más sofisticados y asistidos por la tecnología.
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¿Qué métodos de experimentación se utilizan en los cosméticos cruelty free?
Experimentación in vitro
La experimentación in vitro consiste en realizar pruebas a nivel celular en un entorno controlado utilizando células y tejidos humanos. Para ello, es posible cultivar células o tejidos humanos en un entorno controlado, creando un sistema simulado que imita las respuestas biológicas humanas.
Como tal, los ensayos in vitro proporcionan resultados relevantes para los humanos, por lo que los datos obtenidos pueden ser directamente aplicables a las personas, con lo que se mejora potencialmente la precisión a la hora de realizar las evaluaciones.
Estos cultivos celulares pueden proceder de diversas fuentes (piel, ojos u otros tejidos relevantes). Sin embargo, los avances tecnológicos de hoy en día permiten realizar pruebas en estructuras 3D, como la piel sintética.
Por ejemplo, las pruebas in vitro pueden emplear modelos de cultivos celulares, como la epidermis humana reconstruida (RHE por sus siglas en inglés), para simular la respuesta de la piel humana en una amplia gama de procedimientos de ensayo, incluidos los protocolos de ensayo de corrosión cutánea. De este modo, pueden medirse parámetros como el daño tisular o las respuestas inflamatorias.
La experimentación in vitro representa un cambio fundamental en el ámbito de los cosméticos cruelty free, además de un enfoque científicamente avanzado para evaluar la seguridad y eficacia de dichos productos cosméticos.
Experimentación in silico
El siguiente método en la lista para la experimentación de cosméticos cruelty free son los ensayos in silico. Dicho término se refiere a las pruebas de experimentación virtual mediante el uso de modelos computacionales para simular la biología humana. En otras palabras, se utilizan modelos computacionales avanzados para predecir las reacciones corporales a los cosméticos.
Como alternativa a los ensayos tradicionales de cosméticos con animales, este tipo de simulación por ordenador ofrece varias ventajas: permite un cribado rápido de los ingredientes cosméticos, puede predecir su toxicidad y alergenicidad potenciales y puede aportar conocimientos sobre las interacciones moleculares entre los ingredientes cosméticos y los tejidos biológicos.
Como tales, estos métodos están ganando aceptación a modo de alternativas válidas para los organismos reguladores, si bien también están sujetos a normativas propias, para garantizar que la integración de los datos se ajusta a las leyes de privacidad de datos.
Voluntarios humanos
En este caso, los ensayos cosméticos recurren a donaciones posquirúrgicas o post mortem de muestras de tejidos humanos.
Esta práctica, ampliamente aceptada, implica la donación voluntaria de muestras de tejidos humanos y es facilitada por empresas como Episkin, CellSystems GmbH y Mattek, que ofrecen kits de pruebas a partir de tejidos humanos.
Este método de ensayo resulta valioso, ya que proporciona una representación exacta de la fisiología, el metabolismo y la respuesta del ser humano a los productos cosméticos.
Paralelamente, se han establecido normativas estrictas para dar prioridad a la protección de los derechos, la dignidad y el consentimiento de las personas cuando se recurre a voluntarios humanos para ensayos cosméticos.
En este sentido, son necesarios una serie de controles y contrapesos. En el caso de los voluntarios vivos, es imprescindible el consentimiento informado, mientras que, en el caso de la toma de muestras post mortem, el consentimiento puede obtenerse de los parientes más cercanos de la persona fallecida o mediante acuerdos previos realizados por ella misma.
Asimismo, la investigación con participantes humanos suele estar sujeta a revisión por parte de comités éticos. No obstante, la mayoría de las directrices éticas suelen hacer hincapié en el uso de métodos alternativos (como las pruebas in vitro o in silico) antes de recurrir a ensayos con seres humanos.
El futuro previsible de los cosméticos cruelty free
El futuro previsible de los cosméticos cruelty free, impulsado por las demandas de los consumidores, los cambios normativos y los avances científicos, se presenta prometedor.
Por un lado, la alianza entre ciencia y tecnología en cosmética está aportando grandes avances, tales como técnicas avanzadas de imagen, bases de datos y algoritmos cada vez más extensos o tecnología de bioimpresión 3D, entre otros.
Por otra parte, el compromiso del público de buscar cosméticos cruelty free se refleja en los organismos reguladores y en la actuación de las autoridades públicas. Por ejemplo, en 2013 la Unión Europea prohibió por completo la experimentación de cosméticos en animales y destinó más de mil millones de financiación a iniciativas de investigación e innovación en este campo. También se sigue avanzando en este ámbito con iniciativas ciudadanas, como la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE por sus siglas en inglés) en 2023, «Cosméticos sin crueldad – por una Europa sin ensayos con animales».
Si bien es cierto que Europa ha allanado el camino hacia un futuro brillante para los cosméticos cruelty free, se necesitan esfuerzos globales para eliminar la experimentación con animales en otras partes del mundo.
Al mismo tiempo, la creciente concienciación de las empresas cosméticas también implica un esfuerzo para garantizar alianzas en toda su cadena de suministro, con el fin de avanzar hacia el desarrollo de una industria cosmética más ética.
En Provital, nos comprometemos a proporcionar a nuestros clientes ingredientes de origen vegetal de alta calidad, sostenibles y éticos. Este compromiso nos ha llevado a desarrollar métodos de ensayo muy avanzados en una nueva era de la biocosmética en la que la eficacia científica y la ética se dan la mano.
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