En belleza, lo que cuenta es el interior, pero la primera impresión es crucial. El etiquetado es fundamental para comunicar la propuesta de valor del producto, crear la imagen de la marca y, sobre todo, atraer a los consumidores. Este es el caso específico de los fabricantes de cosméticos de marca blanca, que deben conseguir destacar en un campo cada vez más concurrido. Por tanto, la impresión de etiquetas cosméticas es un aspecto que debe pensarse detenidamente, sobre todo a medida que los consumidores son más exigentes y las tendencias evolucionan. En este artículo hablaremos sobre estos desafíos en constante evolución del ámbito de la belleza y el cuidado personal.
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El auge de los cosméticos de marca blanca
El mercado de los productos cosméticos de marca blanca crece rápidamente. A medida que los gigantes minoristas como Amazon entran en juego, las marcas necesitan trabajar duro para diferenciarse de la competencia. Sin embargo, las actitudes de los consumidores están de su parte: según un estudio realizado por Mintel, un 69 % de los adultos británicos están de acuerdo en que la calidad de las marcas blancas ha mejorado en los últimos años. Las marcas blancas de productos químicos o especializados tienen percepciones especialmente positivas y, en algunos casos, superan a las marcas de belleza de alta gama.
Asimismo, el hecho de que las marcas blancas sean más asequibles está impulsando su crecimiento. Especialmente en el contexto del impacto económico de la pandemia del coronavirus, los consumidores buscan productos eficaces a precios más bajos. Además, los consumidores más jóvenes suelen sentirse más atraídos por productos que sean prácticos y baratos. Dado el tremendo poder adquisitivo de los consumidores millennials y de la generación Z, esta es una oportunidad que el sector minorista no debe dejar pasar.
Destacar entre la multitud
Ni que decir tiene que la marca corporativa es esencial para atraer a los consumidores, sobre todo en un campo cada vez más competitivo. Los consumidores eligen productos que concuerdan con sus ambiciones y valores. Por ejemplo, un 74 % de los millennials más jóvenes han comprado un producto de belleza ecológico durante los últimos 12 meses (Mintel, 2020). Asimismo, los consumidores de la generación Z cada vez priorizan más los productos éticos, sostenibles y libres de crueldad animal. En un estudio reciente, Mintel ha detectado que un 67 % de los consumidores nacidos después de 1996 dejarían de utilizar una marca si supieran que emplea prácticas poco éticas.
Del mismo modo, la potente base de consumidores de la generación Z incorpora el concepto de inclusividad en su percepción de la belleza ética. Según el mismo estudio de Mintel, un 64 % de los consumidores de la generación Z piensa que los productos de belleza no deberían estar clasificados por género. Por tanto, muchas marcas optan por envases más sencillos y neutros. Un ejemplo de ello es la oferta de marca blanca de Amazon, que usa una impresión de etiquetas cosméticas con diseño limpio y monocromático.
En la impresión de etiquetas cosméticas, la claridad lo es todo
A la hora de comunicar estos valores, el etiquetado es fundamental: posicionar claramente una marca como ética y sostenible significa que la impresión de las etiquetas cosméticas debe dar protagonismo a reclamos como «100 % natural», «cero aditivos» o «ecológico». Para demostrar la autenticidad de este valor añadido, es esencial añadir certificaciones como ECOCERT y COSMOS o de organismos veganos. Si tenemos en cuenta que el 33 % de los millennials piensan que es importante que las marcas de belleza y aseo estén científicamente probadas, este tipo de certificaciones garantizan a los consumidores que las marcas aplican estándares rigurosos (Mintel, 2020).
Provital busca allanar el camino al mercado de la belleza de marca blanca en estas aspiraciones. Provital se esfuerza por garantizar que todos los ingredientes activos que desarrolla cumplen con los exigentes estándares de belleza natural. Es por eso que Provital adopta iniciativas como el Protocolo de Nagoya y desarrolla ingredientes 100 % orgánicos certificados por COSMOS. Con estas fórmulas, las marcas blancas pueden situar sus reclamos de productos «orgánicos», «libres de» y «ecológicos» en un lugar privilegiado para atraer a unos consumidores cada vez más inteligentes y éticamente exigentes.
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