Cocreando Belleza Natural

Aceite de semilla de uva: beneficios reparadores

El aceite de semilla de uva es un aliado de las rutinas de belleza y cuidado de la piel. El preferido por quienes buscan ingredientes naturales que aporten un valor añadido. Su alto contenido en ácido linoleico y antioxidantes lo convierten en un potente antienvejecimiento, pero sus propiedades van mucho más allá.

Un ingrediente con un poder antioxidante 50 veces superior al de la vitamina C y 20 veces mayor que el de la vitamina E (Shi et al., 2003). En este contexto, las formulaciones con aceite de semilla de uva se alinean con tendencias clave en ciencia cosmética que ponen el foco en la relación entre envejecimiento, radicales libres e ingredientes naturales antioxidantes.

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¿Qué es el aceite de semilla de uva?

El aceite de semilla de uva (Vitis vinifera) es un aceite liviano que se extrae de las semillas de este fruto. Su principal uso como producto de cuidado tópico se refiere a su capacidad de penetrar en la piel rápidamente, dejándola suave, flexible e hidratada, gracias a su textura ligera y fácil absorción.

La semilla de uva contiene del 8% al 20% de aceite, aunque su rendimiento dependerá siempre de factores como la técnica de extracción y las condiciones de operación empleadas, la variedad de uva y los factores ambientales durante el año de cosecha. En este sentido, la formulación cosmética adecuada debe atender a estos factores y obtener el ingrediente de fuentes de alta calidad, preferentemente trazables y sostenibles, como el aceite de semilla de uva de Provital.

Este aceite es rico en compuestos fenólicos, ácidos grasos omega y vitaminas (destacando la E2). Es a partir de este perfil químico excepcional del que se destilan sus propiedades beneficiosas para la salud, incluyendo propiedades antiinflamatorias, cardioprotectoras, antimicrobianas y anticancerígenas, pudiendo interactuar con vías celulares y moleculares.

¿De dónde viene el aceite de semilla de uva?

La semilla de uva es un subproducto del proceso de vinificación, y su contenido de aceite se extrae tradicionalmente utilizando un solvente orgánico o técnicas mecánicas. El prensado en frío es un método de extracción de aceite que no implica tratamiento térmico o químico y, por lo tanto, es capaz de retener más componentes beneficiosos para la salud.

Aunque el rendimiento suele ser inferior al de la extracción por solventes convencional, en el prensado en frío no hay preocupación por los residuos en el aceite, lo que da como resultado un producto más seguro y natural.

¿Qué propiedades tiene el aceite de semilla de uva?

La propiedad bioactiva más notable de los compuestos fenólicos es su capacidad antioxidante, a las que se suman las antimicrobianas y antiinflamatorias. 

Los beneficios del aceite de semilla de uva son estos:

  • Combate los brotes de acné. Por su un alto contenido de ácido linoleico, también conocido como ácido graso omega-6, es especialmente recomendable para pieles grasas. Además de fortalecer la barrera de la piel y ayudar a reducir la pérdida de agua, mejora visiblemente el acné.
  • Disminuye la hiperpigmentación. La zona de la ojera es una de las más beneficiadas tras la aplicación de este aceite, que también iguala el tono de la piel gracias a la proantocianidina antioxidante que contiene.
  • Reduce el enrojecimiento y es antiinflamatorio. Resulta ideal para pieles inflamadas y maduras, así como para las que se encuentran enrojecidas a causa de dermatitis.
  • Aumenta el colágeno. No solo puede proteger contra el daño solar, sino también promover la reparación de la piel. De hecho, puede reducir la aparición de líneas de expresión.
  • Previene el daño de los radicales libres. El aceite de semilla de uva es rico en muchos otros compuestos ventajosos, incluidos betacaroteno, vitaminas D, C, E y polifenoles, que destacan por sus capacidades antioxidantes. Se trata del ingrediente que no puede faltar en el cuidado de quienes priorizan la eliminación de radicales libres y la protección contra los agresores ambientales, como la radiación UV o la contaminación.
  • Hidrata y reafirma. Debido a su contenido en vitamina E, reduce la inflamación. Junto con los ácidos grasos humectantes que aporta, puede ayudar a que la piel se vea más tersa y juvenil.
  • Difumina las cicatrices. Gracias a sus poderosos antioxidantes, minerales, vitaminas y ácidos grasos que trabajan juntos para difuminar las manchas oscuras y aclarar las cicatrices. 
  • Antimicrobiano. El efecto de las propiedades antimicrobianas de este aceite impulsa la limpieza profunda de la piel, al ser ligeramente astringente y purificante.

Un producto, además, indicado para todo tipo de pieles, incluidas las sensibles y con tendencia acnéica. A diferencia de otros tipos de aceite, como el de coco, el aceite de semilla de uva no es comedogénico, lo que significa que no obstruye los poros, por lo que incluso los tipos de piel más sensibles lo pueden usar.

Las formulaciones exitosas pueden aprovechar estos beneficios extraordinarios, combinando el extracto de de semilla de uva con otros ingredientes naturales para generar sinergias capaces de activar productos multifunción. Se trata de una de las tendencias clave identificadas por Mintel para los próximos años: en un contexto económico de inflación y pérdida de poder adquisitivo, un 29% de las mujeres que utilizan cosméticos se han pasado a productos multifunción. 

Así, la unión del aceite de semilla de uva con otros ingredientes en tendencia como el aloe vera o la rosa mosqueta, u otros aceites naturales como el de aguacate, almendra y jojoba, pueden tener la clave para un cuidado cosmético especialmente efectivo.

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