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Productos para el acné: las mejores tendencias y opciones

Si bien el acné sigue siendo una de las principales preocupaciones en el cuidado de la piel, las tendencias en torno a los productos para el acné revelan profundos cambios en la forma de entender y tratar esta afección.

El acné persiste como un problema cutáneo en todo el mundo, tal y como reveló un estudio especializado de Mintel en 2021: en Brasil, el 50 % de los adultos de entre 16 y 24 años han padecido acné en los últimos 12 meses; en el Reino Unido, el 56 % de las mujeres de entre 16 y 24 años tienen actualmente granos o acné; y en Estados Unidos, el 44 % de las mujeres de entre 18 y 34 años utilizan tratamientos contra el acné en casa.

Sin embargo, se está produciendo un cambio significativo en los tratamientos contra el acné, con un enfoque cada vez mayor a restaurar un microbioma cutáneo sano, reequilibrando el ecosistema de la piel sin dañar las bacterias beneficiosas.

Esta tendencia coexiste, al mismo tiempo, con un movimiento más amplio en el que el cuidado natural de la piel está siendo redefinido por la tecnología para ampliar los límites de la eficacia cosmética. En este contexto, una visión general de las opciones actuales en torno a los productos para el acné revela un panorama prometedor.

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Entender el acné más allá de sus principios básicos

Entender el acné más allá de lo básico implica mirar más en profundidad y abordar esta afección a un nivel celular. En este sentido, el acné puede definirse como una afección cutánea que se produce cuando los folículos pilosos se obstruyen debido al sebo y a las células muertas de la piel. Por tanto, el acné suele aparecer en las zonas donde las glándulas sebáceas son más abundantes, como la cara, el cuello, el pecho, la espalda y los hombros.

Esta obstrucción es precisamente lo que provoca la formación de los signos visibles del acné, desde granos, hasta espinillas, puntos blancos o nódulos y quistes.

En concreto, para encontrar una solución satisfactoria para el acné es necesario comprender cómo se produce este fenómeno en las interacciones entre la producción excesiva de sebo, la alteración de la queratinización de la piel y el crecimiento excesivo de la bacteria Cutibacterium acnes.

Por un lado, las glándulas sebáceas, que suelen estar unidas a los folículos pilosos, producen una cantidad adecuada de sebo en circunstancias normales, que asciende por el folículo piloso hasta la superficie de la piel, donde ayuda a mantenerla suave e hidratada.

Sin embargo, una producción excesiva de sebo, debido a cambios hormonales, por ejemplo, puede mezclarse con las células muertas de la piel y quedar atrapada en el folículo piloso.

Dicho proceso se agrava cuando, en individuos propensos al acné, se altera el proceso normal de queratinización. Si bien los queratinocitos (las células predominantes en la epidermis) se desprenden y renuevan con regularidad, una alteración del proceso puede dar lugar a la acumulación de un exceso de células cutáneas muertas en el folículo piloso, lo que contribuye a su obstrucción.

Como resultado a esta acumulación de exceso de sebo y queratinocitos muertos se genera un tapón dentro del folículo piloso, lo que da lugar a comedones como los puntos blancos y puntos negros y es, precisamente, en esta obstrucción donde se centran los ingredientes comedogénicos en la actualidad.

Por otra parte, el acné también está causado por la presencia de la bacteria Cutibacterium acnes (anteriormente conocida como Propionibacterium acnes). Esta bacteria forma parte natural del microbioma cutáneo y contribuye a mantenerlo equilibrado, pero su crecimiento excesivo en los folículos desencadena una respuesta inmunitaria que provoca inflamación y, en algunos casos, la formación de granos rojos e inflamados, pústulas o nódulos y quistes más graves.

Gracias a una mayor concienciación de los mecanismos fundamentales que provocan el acné, hoy en día los tratamientos eficaces se dirigen no solo a controlar la producción de sebo, sino también a reducir la presencia de C. acnes en la piel, a la vez que se mejora el equilibrio microbiano cutáneo.

¿Qué tratamiento es mejor para el acné? El ABC de los productos para el acné

Tal y como hemos mencionado anteriormente, hoy en día se está produciendo una revolución en torno a los tratamientos innovadores contra el acné. El objetivo es reequilibrar el microbioma cutáneo y evitar la alteración de la microbiota de la piel.

En este contexto, resulta esencial reeducar a los consumidores acerca del microbioma de la piel, a fin de que comprendan de qué manera los productos para el acné pueden tratar eficazmente este problema.

En definitiva, un tratamiento eficaz con productos para el acné debe incluir los siguientes aspectos:

  • Una higiene facial satisfactoria con el objetivo de eliminar las bacterias y la suciedad.
  • El uso específico de cosméticos que ayuden a reducir la generación de sebo, es decir, con ingredientes no comedogénicos.
  • Protocolos de exfoliación suave (químicos o físicos) para reducir la presencia de células muertas y favorecer la absorción de los ingredientes cosméticos.

Justo en este último paso es donde los esfuerzos actuales en productos para el acné están siendo especialmente prometedores. Además, los AHA (alfahidroxiácidos) se utilizan desde hace tiempo en el cuidado de la piel por sus propiedades exfoliantes y de renovación cutánea. Aunque son alabados por su gran capacidad exfoliante, debido a su pequeño nivel molecular, también son conocidos por provocar sensibilidad cutánea, especialmente en concentraciones elevadas o en pieles sensibles. Por este motivo, la intensidad de su exfoliación puede resultar demasiado perjudicial para determinados tipos de piel.

Es aquí, precisamente, donde entra en juego el nuevo enfoque de los productos para el acné, en el que se han introducido los PHA como alternativa a los AHA. Sus características son similares a las de los AHA, pero presentan un tamaño molecular mayor. Esto supone una diferencia, ya que los PHAs presentan una penetración más lenta y gradual, lo que se traduce en una alta tolerancia cutánea. De este modo, aunque se ha observado que su eficacia es similar a la de los AHA, han demostrado ser mejor tolerados por la piel y las zonas más sensibles.

En este contexto actual de productos para el acné destacan ingredientes como Apibreeze™. Un ingrediente activo que potencia los beneficios de los PHA, formulado con miel multifloral, para potenciar su efecto hidratante y protector. Al proporcionar una exfoliación más suave, que mejora la protección del microbioma, Apibreeze™ de Provital abre la puerta a una nueva era de productos para el acné.

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