Por qué preservar los telómeros es la base de un buen envejecimiento

El envejecimiento es un proceso complejo. La degeneración de nuestras estructuras celulares, desde la superficie de la piel hasta los telómeros en los mismos extremos de nuestros cromosomas, depende de numerosos factores. Algunos elementos externos, como los contaminantes, los daños causados por el sol o el estrés, aceleran el proceso de envejecimiento e incluso nuestras características genéticas influyen en cómo envejecemos.

En la industria cosmética, la actitud frente al envejecimiento está cambiando. En lugar de intentar evitar el envejecimiento a toda costa, se prefiere optar por un buen envejecimiento. Lejos de las atrevidas (y muchas veces engañosas) promesas de antienvejecimiento, la industria está promoviendo un enfoque más holístico, centrado en la salud cutánea y la longevidad. En la actualidad, con los nuevos activos nutritivos y científicamente probados, combinados con una buena salud física, una buena dieta y bienestar emocional, se pone el foco en el buen envejecimiento, en vez de en el antienvejecimiento. Estos cambios holísticos influyen en cómo envejece nuestro cuerpo a nivel molecular, lo que explicaremos más adelante.

Los telómeros y su función en el envejecimiento de la piel

El envejecimiento se produce a nivel molecular en los cromosomas que conforman nuestro ADN. Los telómeros son un elemento importante del ADN: se trata de secuencias repetitivas de nucleótidos en los extremos de los cromosomas. Estas moléculas protegen la parte final de los cromosomas del deterioro, como las puntas de plástico de los cordones de los zapatos.

Nuestras células se reponen copiándose a sí mismas. Esto ocurre a lo largo de nuestra vida. De este modo, se mantiene la salud de nuestra piel, nuestro cabello, nuestras uñas, nuestros huesos y nuestros órganos. Sin embargo, cada vez que una célula se copia a sí misma, los telómeros se acortan. Con el tiempo, la longitud del telómero se reduce tanto que la célula no puede proteger el cromosoma. Esto, a su vez, es lo que causa el envejecimiento. Por tanto, los telómeros son el reloj que controla el envejecimiento en cada célula.

Este proceso de envejecimiento asociado a la longitud y el acortamiento de los telómeros tiene distintos signos. Según algunos investigadores, entre estos signos se encuentran el acortamiento de los telómeros, la senescencia celular, la inestabilidad genómica, las alteraciones epigenéticas y el agotamiento de las células madre, por nombrar algunos indicadores (López Otín et al. 2013). No obstante, el mayor desafío sigue siendo analizar cómo las relaciones entre estos signos contribuyen al envejecimiento, con el objetivo final de actuar sobre procesos específicos para mejorar la salud y la longevidad.

Ralentizar el acortamiento de los telómeros

El acortamiento de los telómeros es un proceso natural. Ahora bien, esto no significa que no podamos proteger estas importantes estructuras. Según una investigación, practicar ejercicio y llevar una dieta saludable puede ralentizar el acortamiento de los telómeros (Shammas, 2011). Es necesario prestar una especial atención a los antioxidantes, ya que los telómeros son particularmente sensibles al estrés oxidativo. Además, la dieta y la salud física tienen un papel fundamental en la salud emocional, lo que ayuda a combatir el factor del estrés que puede acelerar la degeneración de los telómeros.

Teniendo esto presente, la cosmética está apostando por la biología molecular para desarrollar productos que ralenticen el proceso de envejecimiento desde su raíz. Por ejemplo, el activo Vitasource de Provital incorpora extractos naturales de Scutellaria baicalensis, que inhibe la senescencia celular induciendo la expresión génica de la telomerasa humana. Los consumidores pueden incorporar productos que contengan este potente activo a su régimen de bienestar holístico, como parte de una transformación cultural que descarta el antienvejecimiento para optar por el envejecimiento saludable.

Bienestar basado en la ciencia

Aunque muchas marcas se muestran reacias a incluir referencias a la biología molecular en sus etiquetas, los consumidores están cada vez más acostumbrados a esta terminología. Según un estudio de mercado elaborado por Mintel, «glicación» y «biomimética» no solo son términos relacionados con la biología, sino también enfoques de marketing populares. Otras expresiones siguen un planteamiento similar, por ejemplo, desde 2010, el reclamo de «aumenta la energía celular» es cada vez más frecuente, mientras que, en 2012, las expresiones que mencionan el ADN o los telómeros aumentaron un 35 %. 

Así, las marcas no deberían evitar proveer a los consumidores de los hechos. Puesto que los consumidores son cada vez más sofisticados y dan más prioridad al bienestar por encima del antienvejecimiento, las marcas deberían demostrar que sus promesas son reales. Los telómeros desempeñan una función crucial en el modo en que envejecemos, pero podemos preservarlos. Junto con los nuevos estilos de vida de envejecimiento saludable, los consumidores buscan formas efectivas y con fundamento científico para cuidar de su piel.