El mundo está en constante cambio, pero esta vez este cambio se está produciendo más rápido que nunca. La cuarta revolución industrial ―un término acuñado por el profesor Klaus Schwab del Foro Económico Mundial― es el salto actual y futuro en el que las nuevas tecnologías y tendencias, como la internet de las cosas (IC), la robótica, la realidad virtual (RV) y la inteligencia artificial (IA), están cambiando la forma en que vivimos y trabajamos. Según Schwab, este nuevo salto se caracteriza por la velocidad de los avances tecnológicos, su omnipresencia y su alcance, que tienen un tremendo impacto en todos los aspectos de nuestras vidas. Esto incluye la forma en que compramos cosméticos, generando nuevas e interesantes tendencias de belleza.
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Con las miras puestas en 2030
A medida que la cuarta revolución industrial se generalice en los próximos años, la relación entre las marcas y los consumidores cambiará de forma tan drástica como todo lo demás. Si tratamos de evaluarlo observando las tendencias de belleza más recientes, este cambio hará que el consumidor coja el timón: los clientes dictarán lo que quieren ver en las empresas de belleza y cuidado personal y cómo desean recibirlo.
Estos cambios radicales que ya estamos viendo hacen que los consumidores se muevan en direcciones opuestas. Su comportamiento nunca es binario, pero la demográfica se está volviendo cada vez menos fiable, ya que la mayoría de los consumidores ahora fluctúa en un amplio espectro de comportamientos impulsados tanto por la emoción como por una información que nunca ha estado tan fácilmente disponible como hoy día. Esta polarización crea importantes desafíos para las empresas, especialmente para las multinacionales, que deben tratar con culturas y mentalidades muy diferentes.
Las nuevas tendencias de belleza que se esperan
En 2030, las marcas crearán productos que tengan en cuenta las nuevas tendencias de belleza en cuanto a ingredientes naturales, ya que estos estarán totalmente aceptados por los consumidores que desean una producción y unos productos orgánicos y sostenibles. Estos productos también deberán adoptar claramente una estrategia de cero residuos. Estas corrientes se introducirán en la línea de desarrollo de productos como respuesta a las tendencias en materia de sostenibilidad. También se reinventará la funcionalidad de los envases para reducir los residuos y mejorar la experiencia sensorial del consumidor.
El objetivo final es promover una plataforma de bienestar total que trascienda los segmentos. Esto significa que los productos de uso tópico e interno trabajarán en sinergia, ofreciendo al consumidor una solución integral.
Pero en este futuro cercano, las marcas también necesitarán crear nuevos servicios que unan la belleza y la tecnología. La capacidad de medir, controlar e integrar datos cambiará el comportamiento de los consumidores, ya que ellos actualmente desean y necesitan incorporar los productos de belleza directamente en sus vidas, puesto que esta conexión ya existe. Y todo esto viene acompañado de la realidad virtual y aumentada. Ambas deberán integrarse en el proceso de venta, junto con los datos y el seguimiento de movimientos, para mejorar la experiencia del consumidor y la interacción con el producto.
Además, a medida que la preocupación de los consumidores pasa del envejecimiento a la longevidad, y su aspiración es lograr un envejecimiento emocional y mental, el biohacking se está volviendo cada vez más popular. Los nuevos cosméticos tendrán que entender esto si desean ser esenciales para estos futuros consumidores.
Cómo cosechar éxitos en este nuevo escenario
Los consumidores están adoptando un planteamiento más minimalista y tienden a invertir en productos de alta calidad y alto rendimiento. Esto lleva a un enfoque de «menos es más», creando menos residuos, reutilizando y reciclando siempre que sea posible. Por tanto, la clave es mantener la simplicidad en todos los sentidos. Esta simplicidad se expandirá hasta abarcar todos los aspectos de los productos de belleza, no solo la lista de ingredientes. La combinación de productos, el acceso a la información y la cadena de suministro seguirán el mismo camino y lo harán de forma clara y sencilla, para satisfacer las necesidades de un consumidor informado.
Por supuesto, el consumidor informado seguirá necesitando obtener información, pero una marca de éxito deberá también deberá resultar atractiva de manera instintiva para ofrecer la historia más completa posible al cliente y evitar posibles malentendidos. Las marcas tendrán que ampliar su comprensión biotecnológica para poder explicar cómo se puede utilizar la biotecnología en la creación de productos seguros y funcionales. Si quieren prosperar en este futuro que se acerca a pasos agigantados, las marcas tendrán que aplicar los drásticos cambios de paradigma que afectarán al sector de la belleza.
A la vanguardia de esta nueva ciencia dermocosmética en constante evolución se encuentra la Plataforma de Bioimágenes y Bioinformática de Provital. En Provital, gracias a dicha plataforma, se han desarrollado algoritmos propios para la cuantificación de imágenes, genómica computacional y aprendizaje automático, y también se ha construido una red de colaboraciones para acceder a secuenciadores de última generación, microscopios confocales de alto rendimiento y superresolución, así como asociaciones con instalaciones europeas únicas. La Plataforma de Bioimagen y Bioinformática de Provital ofrece un enfoque avanzado que promete desarrollar nuevas soluciones eficaces para productos cosméticos, manteniendo a las empresas a la vanguardia de las nuevas tendencias de belleza.
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