En los últimos años, se han desencadenado diferentes crisis mundiales que nos han ido alertando de que tenemos que adoptar un enfoque más sostenible con la naturaleza y sus recursos. En la actualidad, los consumidores prestan más atención y actúan con más responsabilidad que antes. Se preocupan por los ingredientes que se usan para elaborar los cosméticos o se informan acerca de lo que contienen los productos que utilizan. Están mucho más concienciados que en el pasado y buscan ciertas características que les garanticen unos buenos resultados y, al mismo tiempo, una cosmética sostenible y ecológica para favorecer el medio ambiente.
Esta mayor concienciación se refleja en el consumo generalizado de cosmética elaborada con ingredientes sostenibles. Los consumidores saben que su comportamiento tiene unas consecuencias en su bienestar físico y son conscientes de la importancia de la prevención y del impacto directo que sus acciones tienen sobre el medio ambiente. La química sostenible (también llamada química verde) consigue capturar la necesidad generalizada de cuidar la salud humana, el bienestar animal y la calidad del medio ambiente, diseñando productos con ingredientes sostenibles, que reducen el uso y la producción de sustancias “en peligro”. La biotecnología se utiliza cada vez más en el sector de la cosmética y del cuidado personal para la producción de novedosas moléculas seguras, mediante procesos altamente tecnológicos.
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Proceso de cultivo en suspensión de células madre
Los ingredientes activos se obtienen principalmente con el uso de células madre vegetales, que dan lugar a células especializadas de la planta a partir de las cuales se extraen las sustancias activas con un nivel controlado de pureza y calidad.
El proceso se compone de varias fases: la selección y el corte de la planta en un entorno esterilizado; el crecimiento de las partes seleccionadas, primero en suelo duro y luego en suelo semilíquido hasta que se convierte en soluble. Posteriormente, se transfieren pequeños fragmentos a un entorno líquido que se agita de forma continua hasta que pasa a ser un cultivo en suspensión.
Gracias a la capacidad que tienen las células madre para autorrenovarse, este cultivo resulta una fuente infinita de moléculas activas. Por lo tanto, la biotecnología permite utilizar el entorno natural de cualquier especie botánica para obtener ingredientes activos sostenibles, por medio de un método de obtención responsable con el medio ambiente. Los ingredientes resultantes también serán no-OGM, así como libres de productos fitosanitarios.
La Comisión Europea, como parte del programa Horizonte 2020, también decidió financiar la investigación en células madre vegetales para una cosmética sostenible y segura. Así pues, estamos a las puertas de una revolución sobre la forma en la que se elaboran los ingredientes cosméticos y se ofrecen a los consumidores, quienes cada vez se fijan más en la calidad y el medio ambiente. De hecho, este enfoque más sostenible de la producción se va a implementar a escala industrial.
Asimismo, la producción de esas sustancias vegetales, además de ser sostenible para el medio ambiente, aumenta los beneficios para la salud de los consumidores. La industria cosmética está en constante evolución y, como resultado, las fórmulas cosméticas cambian, se adaptan a las necesidades del mercado y tratan de dar respuesta a lo que los consumidores buscan. Sin embargo, también existen otras cuestiones que hay que tener en cuenta dentro de la industria de la cosmética: todos queremos comprar cosméticos que sean efectivos y que mejoren nuestro bienestar general. Como la investigación ha confirmado que las células madre vegetales pueden ser efectivas a la vez que beneficiosas para la salud de nuestro planeta, la industria cosmética no ha querido perder ni un minuto y ha empezado a utilizarlas para formular productos basados en células madre. La investigación siempre sigue avanzando y se van estudiando nuevos ingredientes cosméticos para satisfacer las necesidades de los consumidores.
Altheostem™: cosmética sostenible a partir de células madre vegetales
Este proceso del que acabamos de hablar es el que se emplea para producir el Altheostem™, el cual se obtiene de los pétalos de la Alcea rosea, que se comprobó su eficacia a la hora de eliminar de forma selectiva las células cutáneas senescentes.
La tecnología de las células madre vegetales ha permitido a las empresas de cosmética reproducir en un laboratorio el secretoma rico en factores de crecimiento, que resulta necesario para un óptimo funcionamiento de la piel. El correcto funcionamiento y el buen aspecto de la piel depende de una buena comunicación intercelular, lo cual se altera con la edad y resulta uno de los factores asociados con el envejecimiento. Este secretoma ayuda a los fibroblastos a incrementar su producción de elastina y colágeno, así como su migración y proliferación. Diferentes estudios in vitro han confirmado que la comunicación celular entre células madre cutáneas y fibroblastos ha dado como resultado un aumento en la producción de colágeno y elastina, lo cual hace que la piel se vea rejuvenecida y compacta.
En definitiva, dada la alta sensibilización con la cuestión medioambiental y la eficacia de los productos, es esencial comunicar las ventajas (tanto para los consumidores como para el planeta) que conlleva usar células madre vegetales para una cosmética sostenible. Y esto se puede hacer a través de diferentes canales, como por ejemplo, el podcast Provitalks de Provital.
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