El cuidado personal y el bienestar son cada vez más importantes para los consumidores, una tendencia muy relevante que ya está dando forma al mercado de la cosmética y que no debería subestimarse. Estos consumidores sanos y sensibilizados con la naturaleza han propiciado un elevado aumento de las afirmaciones de protección en los productos cosméticos, a menudo vinculadas a productos botánicos clave.
Mientras tanto, se ha ampliado el concepto de protección para incluir muchas formas diferentes de entenderlo: desde cualidades fotoprotectoras hasta productos para pieles sensibles y para proteger el color del cabello. Se trata de un nuevo concepto de belleza y cuidado personal integral que contempla la mente y el cuerpo como un todo.
En este sentido, no es de extrañar que las marcas se adapten rápidamente con el fin de ofrecer a los consumidores lo que buscan. De hecho, la cantidad de anuncios que más crecen en la industria para el cuidado del cuerpo, las manos y los pies son los que contienen productos botánicos como principal atributo, alcanzando una tasa del 74% entre julio de 2019 y junio del 2020, según Mintel.
A medida que los consumidores valoran cada vez más el bienestar y la conexión con la naturaleza, en el BPC (Consejo encuestador británico, por sus siglas en inglés) las marcas están empezando a concienciarse de ello y a aprovecharlo como una gran oportunidad narrativa en la que la inclusión de productos botánicos puede marcar la diferencia.
El extracto de gingko biloba brinda una valiosa oportunidad para analizar estas tendencias y constituye un ejemplo de la trayectoria que las marcas deberían seguir.
Dentro del mercado de la cosmética y el cuidado personal analizamos el potencial de las grandes narrativas vinculadas a la naturaleza.
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Shinrin yoku: el ritual japonés para los amantes de la naturaleza y la cosmética botánica
Últimamente, además de prestar atención a los ingredientes naturales, la industria cosmética ha lanzado una nueva mirada hacia el conocimiento y la medicina tradicionales, el patrimonio y los rituales con el fin de encontrar inspiración.
Un gran ejemplo de ello es Shinrin yoku. Este término, incorporado en la cultura japonesa desde hace tiempo, se traduce literalmente como “baño de bosque”, ya que shinrin significa “bosque” y yoku, “baño”.
Esta palabra define las propiedades curativas y el bienestar que disfruta el ser humano cuando se conecta con la naturaleza, como por ejemplo el placer que produce un paseo, incluso breve, por un parque o bosque.
Fundirse con la naturaleza, percibir sus vibrantes sonidos y aromas, los cálidos rayos de luz y el aire fresco, escuchar el crujir de la maleza al caminar… Todos ellos son gestos que estimulan nuestros sentidos y nos sumergen en el momento presente, alejando las preocupaciones y el estrés y avivando nuestra energía y vitalidad más puras. Esto es exactamente en lo que consiste shinrin yoku.
La cultura tradicional japonesa ha reconocido esta poderosa conexión entre el ser humano y la naturaleza dotándola de terminología propia, pero también existen sólidas pruebas científicas de que el contacto con la naturaleza es en verdad curativo.
De hecho, un estudio demostró que, para los excursionistas, los bosques estimulan una disminución de las concentraciones de cortisol (la “hormona del estrés”), una reducción de las pulsaciones y una disminución de la presión arterial, entre otros beneficios.
Esta sensación de bienestar puede trasladarse fácilmente a la temática de la cosmética natural, donde cuidar de uno mismo y estar en contacto con productos botánicos restablece la salud mental y física, dando como resultado un aspecto más fresco y saludable, tanto de la piel como del cabello.
Ginkgo biloba: uno de los productos botánicos que da vida al shinrin yoku
Este nuevo interés de los consumidores por los productos botánicos conlleva una serie de oportunidades para las marcas, lo que representa una ocasión para que transformen sus narrativas e incrementen su alcance y, al mismo tiempo, apuesten por productos con propiedades protectoras y preventivas.
Por ejemplo, este podría ser el momento de apostar por productos basados en la fortaleza y el poder protector de los árboles. Partiendo de la ciencia y el conocimiento tradicional, cada especie de árbol puede ofrecer sus propios beneficios: desde productos que protegen el color del cabello y proclamas para el fortalecimiento, hasta productos para pieles sensibles o deshidratadas.
El extracto de Ginkgo biloba de Provital encaja en este contexto. Siendo “la especie más antigua de árbol terrestre” originaria de China, este extracto hidrosoluble proporciona una amplia gama de ventajas cosméticas que incluyen beneficios antienvejecimiento, antiirritantes y fotoprotectores, además de proteger el color del cabello y tener propiedades anticelulíticas y circulatorias.
Descubre las posibilidades de narrativa que ofrecen las marcas y los consumidores sensibilizados con la naturaleza en nuestro libro electrónico gratuito “Rituales del mundo para la felicidad”, donde encontrarás más inspiración con extractos naturales seleccionados relativos a rituales tradicionales que favorecen el bienestar.
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