Cocreando Belleza Natural

Senescencia celular: ciencia, tecnología y envejecimiento saludable

El mito griego de la figura femenina de Altea, conocida por sus poderes de sanación, demuestra la incansable búsqueda de los humanos de la salud eterna. En la actualidad, algunos de los avances científicos en materia de salud reflejan este mito, siempre con el foco puesto en alargar la calidad de vida.

Se podría decir que nos estamos adentrando en una era de la cosmética en la que predomina el envejecimiento saludable: a medida que el segmento de los consumidores más mayores va creciendo en todo el mundo, como es evidente, también aumenta la necesidad de innovar para conseguir productos que satisfagan sus necesidades. Ahí es precisamente donde tienen lugar los avances revolucionarios en tratamientos antienvejecimiento, con especial atención en la senescencia celular.

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Ahora bien, ¿en qué consiste una célula senescente y cómo facilitan los ingredientes naturales la senescencia celular? Te damos las respuestas en este artículo.

Senolisis: el proceso de la senescencia celular

El término senolisis hace referencia al proceso de senescencia celular y describe la acción que pretende frenar la acumulación dañina de células senescentes a lo largo del tiempo. La ciencia y la tecnología siguen avanzando para desarrollar productos antienvejecimiento cada vez más eficaces, pero cabe destacar que la senescencia celular se encuentra en el centro de todos los esfuerzos por mejorar los procesos biológicos relacionados con la salud y la belleza.

¿Pero qué es la senescencia celular? Brevemente, las células senescentes son células que han entrado en la fase de detención del ciclo celular. A pesar de que se trata de una etapa de una transición natural y del envejecimiento humano, el proceso puede estar relacionado con enfermedades vinculadas a la edad, como el cáncer o el alzhéimer. 

En el caso de la cosmética, el proceso tiene un impacto directo sobre el envejecimiento de la piel, ya que las células senescentes resultan perjudiciales para el tejido cutáneo cuando se acumulan. De hecho, la senescencia celular tiene consecuencias importantes sobre algunos procesos fisiológicos de la piel cruciales. Asimismo, se considera uno de los factores que más intervienen en el envejecimiento y es una de las causas por las que la piel, con la edad, desarrolla algunas alteraciones en la morfología de las fibras elásticas, en las arrugas faciales y en la apariencia de edad.

La senescencia celular representa un proceso de desactivación que ocurre como respuesta a los impactos dañinos, como el estrés oxidativo y genotóxico, el acortamiento de los telómetros, las lesiones en el ADN, la disfunción mitocondrial, entre otros. Esto, a su vez, conlleva una serie de cambios morfológicos, incluida la detención del crecimiento irreversible, la resistencia a la apoptosis y la liberación de un cóctel complejo de factores inflamatorios, conocido como fenotipo secretor asociado a la senescencia (SASP, por sus siglas en inglés).

Por lo general, la senescencia celular busca restaurar la función tisular estimulando las células vecinas, para que se involucren en la reparación del tejido, y atrayendo a las células inflamatorias, para eliminar las células senescentes. Sin embargo, en los procesos de envejecimiento, los factores nocivos superan la capacidad de reparación, lo cual se traduce en una acumulación de células senescentes, que empeoran el funcionamiento de los tejidos, además de transformar las células sanas en senescentes.

Para frenar este proceso y eliminar las células senescentes, existen dos estrategias farmacéuticas: senomórficos (cuando el objetivo es la eliminación del fenotipo SASP) y senolíticos (cuando el objetivo es la eliminación selectiva de las células senescentes). El último engloba tanto la localización como la destrucción de estas células, mediante el proceso de apoptosis, también conocido como “muerte celular programada”.

Es precisamente en este proceso de eliminación de células senescentes en lo que se centran la mayor parte de fórmulas cosméticas para el envejecimiento saludable de la actualidad. De hecho, la senescencia celular incluso se ha convertido en tendencia, ya que la senolisis representa un mecanismo de acción innovador, que abre la puerta al desarrollo de nuevos ingredientes cosméticos.

La era de la longevidad desde una perspectiva de prevención

Como ya hemos comentado más arriba, actualmente, se le da una importancia sin precedentes a las estrategias para el envejecimiento saludable dentro de la industria de la cosmética. Así lo reflejan los datos, y es que se espera que la población mundial de más de 65 años crezca un 62,5 % entre el 2021 y el 2040, llegando a alcanzar los 1300 millones de personas en 2040, según el informe “Innovation and population ageing” (Innovación y envejecimiento de la población), de Euromonitor. Además, como es evidente, esas personas también están dispuestas a probar nuevos productos cosméticos que den respuesta a sus necesidades específicas.

Al mismo tiempo, la industria de la cosmética está observando un cambio de rumbo hacia más esfuerzos en la prevención, es decir, en evitar el daño antes de que ocurra. Y todo ello sucede mientras el foco de los consumidores sigue puesto en la máxima eficacia: el 50 % de los consumidores de Estados Unidos afirma que una de sus principales demandas es que un producto tenga demostrada su eficacia.

En resumen, parece que todo apunta al éxito de los productos cosméticos centrados en el envejecimiento saludable, que estén respaldados por la ciencia, que tengan una acción preventiva y con fórmulas muy eficaces.

Cómo ralentizar la senescencia celular con el poder de la naturaleza

Gracias a los avances recientes de la tecnología cosmética, nos encaminamos hacia una nueva era de cuidado de la piel hecho a medida. Pronto, los consumidores tendrán acceso en su propia casa a análisis de la piel y pruebas de ADN que les permitirán personalizar sus rutinas. Esto conlleva, de forma inevitable, un nuevo enfoque científico para frenar el envejecimiento. Falta poco para que los consumidores puedan ajustar sus rutinas contra el envejecimiento desde el ADN, estimulando la replicación celular e inhibiendo la senescencia.

No cabe duda de que la actitud receptiva ante estos tipos de tecnología está creciendo. Por ejemplo, un estudio de Mintel de 2019 reveló que el 40 % de los consumidores chinos hace un seguimiento de sus datos médicos mediante dispositivos «wearable» (o ponibles). En concreto, en el sector de belleza y de cuidado personal, el 50 % de los consumidores sudafricanos cree que los productos de belleza y de cuidado personal que recogen datos personales biométricos (como ADN o reconocimiento facial) son más efectivos (Mintel, 2020).

Enfrentarse a la senescencia celular desde el ADN

Nuestra composición genética influye en cómo envejecemos. Con el aumento de las innovaciones cosméticas personalizadas, como los análisis de ADN, podemos esperar que los consumidores adquieran una comprensión más completa de los procesos de envejecimiento. Un proceso clave es la senescencia celular, que se desarrolla en el ADN.

La senescencia celular o replicativa se refiere a la disminución de la capacidad replicativa y metabólica de las células que se produce con el trascurso del tiempo. En esencia, se trata de la reducción de la capacidad de la piel de renovarse a sí misma. De hecho, la piel tiene un reloj molecular que indica el momento en que la capacidad de replicación celular se detiene y empieza la senescencia. 

En concreto, este momento está marcado en las moléculas de ADN en los extremos de los cromosomas, que se dominan telómeros. Cada vez que una célula se divide, estas moléculas se acortan, reduciendo, así, su capacidad de replicación. La senescencia celular y, por tanto, el proceso de envejecimiento comienzan cuando los telómeros son tan cortos que no pueden seguir replicándose.

Combinar ciencia y naturaleza 

Como hemos mencionado, la belleza «tech» ampliará los conocimientos de los consumidores sobre la ciencia del envejecimiento. En consecuencia, los consumidores querrán productos personalizados que aborden estos procesos a nivel molecular. Con todo, los productos de origen natural siguen siendo una preocupación fundamental. Por ejemplo, en EE. UU. el 40 % de los compradores de productos «clean» (o limpios), naturales u orgánicos cree que estos son más seguros que las alternativas convencionales. Asimismo, en Brasil, el 41 % de los adultos considera que los ingredientes naturales son más seguros para su piel (Mintel, 2020).

Sin embargo, esto no implica que los ingredientes científicamente demostrados y los ingredientes naturales sean excluyentes entre sí. Al contrario, los científicos deberían recurrir a la naturaleza para inspirarse. Por ejemplo, algunas plantas, como la Scutellaria baicalensis, han sido apreciadas en la medicina china durante siglos. Esta especie se ha usado tradicionalmente para tratar trastornos neurológicos y enfermedades crónicas, y ahora se ha descubierto que su composición molecular inhibe la senescencia celular.

Altheostem™: el ingrediente vegetal que fomenta la senescencia celular

Gracias al compromiso de Provital por innovar en ciencia cosmética, hemos conseguido Altheostem™, un “dermohacker” que facilita la acción biológica de eliminación selectiva de las células senescentes.

Este ingrediente cosmético puede desencadenar la senolisis en la piel que está en proceso de envejecer, lo cual implica una mejora considerable en las funciones táctiles, visibles y mecánicas de la piel. El ingrediente ha demostrado su eficacia in vitro en cuestiones como las siguientes:

  • Reducción dependiente de la dosis de la proporción de un marcador biológico específico para las células senescentes: células senescentes positivas beta galactosidasa.
  • Disminución selectiva de la viabilidad de las células senescentes, gracias a una reducción considerable del nivel de ATP en fibroblastos senescentes versus normales.
  • Mientras los fibroblastos normales se quedaron igual, el tratamiento de las células senescentes con el activo aumentó el nivel de apoptosis hasta en un 36 %, lo cual indica la inducción selectiva de la apoptosis para aquellos fibroblastos que en un principio se resistían.
  • Fomento de la expresión de los genes involucrados en la remodelación de la matriz extracelular de los fibroblastos senescentes, lo cual demuestra una clara inducción de los genes involucrados en la formación de la matriz extracelular, incluidos COL1A2, ADAMTS2 (ambos involucrados en la formación de colágeno), HAS3 y FBN2 (involucrados en la biosíntesis de ácido hialurónico y fibrilina, respectivamente). Al mismo tiempo, los genes que intervienen en la degradación de la matriz extracelular, como las metaloproteinasas MMP7 y MMP9, y el factor proinflamatorio GM-CFS, se vieron reprimidos en gran medida.

También se ha podido observar la eficacia in vivo relativa a los signos de la edad, en cuestiones como un mayor brillo saludable, mejor capacidad de la piel para recuperar su elasticidad, menor flacidez y una apariencia más suave y con menos arrugas.

En definitiva, se trata de un ingrediente desarrollado en laboratorio a partir de los pétalos de la Alcea rosea, que permite aprovechar la capacidad de autorrenovarse de las células madre vegetales, para regular la mortalidad de algunas células cutáneas dañinas. Para ello, ha generado una nueva vía biotecnológica, capaz de activar la senescencia celular y de fomentar la eliminación de las células senescentes.

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