Son múltiples los beneficios del tomate para la cara y, por esta razón, su uso en la cosmética es extenso, sobre todo en tratamientos caseros en los que se emplea el fruto como agente limpiador, refrescante y revitalizante.
Sus conocidas propiedades para la piel se explican por los diferentes componentes beneficiosos del tomate. Así pues, este fruto aporta brillo, además de ser un potente agente exfoliante que puede actuar como alternativa natural al tan codiciado ácido salicílico. Todo ello ha convertido el tomate en el principal agente limpiador y rejuvenecedor.
Content
Destapando el potencial del tomate: un vistazo a los beneficios del tomate para la cara
- Capacidad de reducir las ojeras, gracias a su alto contenido en vitamina C y flavonoides (que permiten reforzar los capilares sanguíneos).
- Debido a su contenido en α-hidroxiácidos, permite eliminar las células muertas y aportar así propiedades rejuvenecedoras y limpiadoras de la piel. Es capaz de calmar la piel después de exponerla al sol y de cicatrizar heridas. También tiene propiedades relajantes y ayuda a aliviar la piel irritada o sensible.
- Aporta un aspecto radiante y natural a la piel, y reduce la opacidad, lo cual implica una piel más luminosa y saludable.
- Los tomates son ricos en antioxidantes, que ayudan a combatir los radicales libres, protegen la piel del daño medioambiental y disminuyen los signos de la edad.
- Los extractos de tomate permiten controlar la producción excesiva de grasa, con lo que se consigue reducir las imperfecciones, equilibrar la piel grasa y cerrar los poros.
La ciencia detrás de los beneficios del tomate para la cara
Acción humectante y regulación de la pérdida de agua transepidérmica (TEWL por sus siglas en inglés)
Los beneficios del tomate para la cara relacionados con la hidratación se deben a la exitosa composición química del fruto.
- Los α-hidroxiácidos (AHA) son un grupo especial de ácidos orgánicos capaces de ablandar el cemento intercelular y facilitar la exfoliación. Al mismo tiempo, la estructura química de los AHA permite una mayor absorción de agua y una mejor retención. Gracias a este doble efecto, dichos componentes se utilizan en dermatología como emolientes. Los monosacáridos y los oligosacáridos de los tomates son higroscópicos, lo que significa que pueden absorber agua y, por lo tanto, contribuyen a mantener un nivel adecuado de hidratación en la capa córnea. Cuando se combinan, crean enlaces de hidrógeno, que previenen pérdidas significativas de agua y reducen la deshidratación.
Asimismo, el contenido en carbohidratos y vitaminas del tomate también garantiza su acción como agente humectante.
Estimulación de la renovación de corneocitos
El hecho de que los tomates contengan α-hidroxiácidos también es una ventaja vinculada a su acción exfoliante. La capacidad de los AHA de actuar en la capa córnea hace que intervengan en la cohesión de los corneocitos en las capas más profundas de la piel, fomentando así su renovación en la capa córnea y mejorando la flexibilidad de la superficie de la piel.
Si bien es cierto que el mecanismo de acción de dichos ácidos todavía no se conoce del todo, la última teoría sugiere que el efecto debilitante de los AHA sobre la cohesión de los corneocitos se debe principalmente a su acción en los enlaces iónicos intercelulares (Berardesca E. & Maibach H., 1995). Así pues, dicho efecto se basa en su habilidad para inhibir ciertas enzimas involucradas en la formación de grupos de fosfato y sulfato en las paredes celulares.
Otro modelo que explica su mecanismo de acción es el que afirma que los AHA actúan sobre el calcio, que resulta esencial para construir la mayor parte de las uniones intercelulares y mantener su integridad estructural. En ese sentido, se ha descubierto que los AHA reducen la concentración de calcio en la epidermis y que el calcio se elimina de las uniones intercelulares mediante la quelación.
Acción antioxidante
Los beneficios del tomate también abarcan la protección de la piel y el cabello frente a los procesos oxidativos. Esta acción está directamente relacionada con sus compuestos fenólicos y su contenido en vitamina C y ácido nicotínico. Todo ello hace que el tomate sea un agente capaz de neutralizar los radicales libres y de ofrecer una defensa contra la degradación de la estructura celular.
Esta actividad antioxidante se desarrolla de diferentes formas:
- El tomate puede buscar los radicales libres y frenar su generación.
- Permite inhibir, activar o proteger algunas enzimas concretas.
- Es capaz de disminuir el consumo de antioxidantes como la vitamina E y los carotenoides.
En concreto, la vitamina C resulta un potente antioxidante contra los radicales libres, lo cual ha demostrado ser de gran utilidad para tratar el fotoenvejecimiento y para neutralizar los radicales libres generados por la radiación UVB.
Además, se ha observado que sus componentes nicotínicos actúan contra la pérdida de colágeno asociada con el fotoenvejecimiento y ayudan a reducir los problemas de acné. Asimismo, muchos estudios revelan el efecto positivo del ácido nicotínico tópico sobre la piel envejecida, ya que mejora la función barrera de la piel, reduce los signos del fotoenvejecimiento (manchas, rojeces, etc.) y disminuye la producción de sebo.
Tomate: la mejor opción para una exfoliación natural
Hoy en día, cada vez son más los consumidores que valoran las marcas que priorizan los ingredientes naturales. Esta tendencia está presente en grupos de todas las edades, pero es especialmente notoria entre las generaciones más jóvenes: una encuesta de 2020 afirmó que el 47% de los millennials están dispuestos a pagar más por productos de alta calidad que hayan sido producidos con ingredientes ecológicos y naturales.
En este contexto, el sector del cuidado de la piel con productos botánicos está evolucionando para responder a las demandas de los consumidores, que exigen soluciones específicas y efectivas. Aquí es precisamente cuando entran en juego los beneficios del tomate para la cara, que destaca por ser un excelente exfoliante natural. El ácido salicílico se ha convertido en uno de los ingredientes más conocidos para ese objetivo (debido a su potencial para alcanzar las capas más internas de la piel), pero el tomate resulta la mejor alternativa natural. Así pues, mientras que el ácido salicílico puede causar problemas cuando se utiliza en exceso o en pieles sensibles, la acción humectante del tomate actúa juntamente con su capacidad hidratante.
En definitiva, el extracto 100% natural de tomate en la cosmética llega para ayudar a las marcas a sacar el máximo provecho del potencial de este fruto a la hora de regular la pérdida de agua transepidérmica y estimular la renovación de las células, sin olvidar su excepcional capacidad exfoliante.
No hay comentarios
Todavía no hay ningún comentario en esta entrada.
Deja un comentario