Empecemos por explicar algunos conceptos. La densidad capilar es el número de cabellos que hay en un centímetro cuadrado de cuero cabelludo. En general, una persona tiene en la cabeza unos 300 cabellos por centímetro cuadrado. Habitualmente se pierden entre 50 y 100 cabellos al día, como parte del ciclo de vida normal del cabello. Este ciclo se divide en tres etapas: fase anágena, fase catágena y fase telógena.
En la fase anágena, el cabello crece aproximadamente un centímetro al mes, aunque crece más rápido en verano que en invierno. Como media, esta fase dura entre tres y cinco años, pero puede oscilar entre dos y ocho años y, en ocasiones, mucho más. La extensión de esta fase está determinada genéticamente; por ejemplo, en las personas de ascendencia asiática suele ser más larga.
Tras la fase anágena, cada cabello entra en la fase catágena, que señala el final del crecimiento activo del pelo. Esta fase dura entre diez días y tres semanas: el cabello se separa del torrente sanguíneo y las células que producen nuevo cabello.
Finalmente, el cabello entra en la fase telógena. Esta es una fase de reposo en la que los cabellos están sueltos y se caen. Cuando el cabello cae, el folículo permanece inactivo durante tres meses y después el proceso se repite, iniciando con la fase anágena.
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Prevención de la pérdida de cabello para asegurar una densidad capilar óptima
Cuando estamos sometidos a estrés, hasta un 70 % del cabello puede entrar en la fase telógena de forma prematura y empezar a caerse, produciendo una pérdida de cabello visible. Por supuesto, esto se puede prevenir, no solo evitando el estrés innecesario, sino también cuidando de forma adecuada nuestro cabello y atendiendo la densidad capilar. No es de extrañar que los métodos más populares sean naturales, por ejemplo:
- Llevar una dieta equilibrada que incluya alimentos con propiedades antioxidantes, como el té verde. Las proteínas también son importantes porque los folículos pilosos están compuestos principalmente de una proteína denominada queratina. Algunos alimentos óptimos son los huevos, las nueces, las alubias, el pescado y el pollo. También es importante la vitamina A: se ha demostrado que aumenta la velocidad de crecimiento y puede ayudar con la producción de sebo. El boniato y las espinacas son una excelente fuente de vitamina A. Algunos suplementos útiles incluyen vitaminas B, C, D, hierro, selenio y cinc. Mantenerse hidratado es bueno para todo el cuerpo, no solo para el cabello.
- Lavarse el pelo de forma regular protege contra la caída del cabello conservando el cuero cabelludo limpio y sano, pero solo si se usa un champú suave, dado que las fórmulas más agresivas pueden dañar y romper el cabello. Masajear la cabeza con aceite de coco, aceite de oliva o aloe vera es muy beneficioso, ya que puede proteger el cabello contra la sequedad y prevenir los daños causados por el cepillado, la aplicación de calor y la exposición a la luz ultravioleta.
- Se recomienda usar solo peines y cepillos de alta calidad y evitar los aparatos de calor, como secadores o planchas. Asimismo, es mejor escurrir el agua del cabello mojado con cuidado que frotar con la toalla de forma brusca.
Factores genéticos que influyen en la fortaleza y la densidad capilar
Como se ha indicado, la densidad capilar es una característica simple, pero se rige por un número complejo de mecanismos que, de algún modo, actúan de forma distinta en el espectro de diversidad étnica humana. Dicho de otro modo, en parte, la densidad capilar depende de la raza. Por ejemplo, la densidad capilar de las personas de origen africano es considerablemente más baja que la de los caucásicos (Sperling LC, Hair Density in African Americans, Arch Dermatol 1999). Esto se debe a un crecimiento del cabello más lento (Loussouarn G et al., Diversity of hair growth profiles, Int J Dermatol 2005), además del hecho de que el pelo rizado es más frágil que el liso (Porter CE et al., The influence of African-American hair’s curl pattern on its mechanical properties, Int J Dermatol 2005). Por el contrario, el cabello de las personas de ascendencia asiática también tiene una densidad baja, pero, al ser liso, crece muy rápido y no es tan frágil.
La belleza inclusiva es una oportunidad
El gran volumen de información que se encuentra en Internet y en las redes sociales ha educado a los consumidores, que ahora están más informados que nunca. Creen que conocen bien su piel, su cabello y su cuerpo, y están en lo cierto. También saben que cada persona es diferente y quieren que se responda a sus necesidades con opciones o productos de belleza personalizables.
Mientras este tipo de comportamiento de los consumidores se está convirtiendo en la norma, las marcas están empezando a ser conscientes de que atender a las necesidades individuales del consumidor educado e informado proporciona una oportunidad sin precedentes.
Volviendo a las diferencias étnicas, algunos estudios han demostrado que los consumidores de origen africano prefieren productos para el cabello diseñados para sus problemas capilares, texturas y peinados específicos. Por ello, las empresas de cuidado del cabello están compitiendo para obtener el favor de los consumidores de raza negra. Como tal, el sector del cuidado de cabello para personas de raza negra es un negocio multimillonario que requiere soluciones específicas.
Sin embargo, como es evidente, los consumidores de ascendencia africana son solo uno de los grupos étnicos y cada grupo tiene sus propias actitudes, ideales de belleza y motivaciones para su estilo y elección de productos, que a veces difieren enormemente entre sí.
Por ejemplo, la población musulmana crece mucho más rápido que el resto de la población mundial y, no obstante, este mercado permanece poco atendido. De acuerdo con este ejemplo, las marcas inclusivas, inteligentes y de reacción rápida pueden adquirir relevancia internacional destacando la idoneidad de sus productos para musulmanes, ya que la demanda de productos con certificado Halal aumenta al mismo ritmo que el crecimiento de la clase media musulmana.
Con todo, centrarse en el origen étnico no es el único modo en que las marcas pueden crecer gracias a la inclusividad. El estudio de Mintel de 2018 sobre tendencias de cuidado personal y belleza My Beauty, My Rules subraya que los hombres quieren más opciones creadas específicamente para ellos. Por tanto, las marcas deberían tratar de satisfacer esta demanda ofreciendo versiones adaptadas de sus productos más usados y dando énfasis a sus funcionalidades a través de sus ingredientes o su presentación.
En ello reside la verdadera oportunidad. La inclusión se está convirtiendo en un factor importante para aumentar las ventas de productos de belleza. Las marcas inteligentes están ampliando su oferta para proporcionar opciones y productos, no solo para consumidores de ascendencia africana, sino para personas de toda etnia o grupo y para sus necesidades únicas de belleza.
La innovación es la solución
Baicapil™ combina tres plantas (brotes de soja, Scutellaria baicalensis y brotes de trigo) en un activo que aumenta la densidad capilar y reduce la pérdida de cabello en un 61 % estimulando el crecimiento del cabello y mejorando su estado general. Aumenta la energía celular, protege los fibroblastos de los folículos contra el estrés oxidativo y mejora la relación anágeno/telógeno activando los folículos pilosos telógenos antes y ampliando la fase anágena para obtener una media de 38000 nuevos cabellos.
Teniendo en cuenta los distintos tipos de demanda y la diversidad de consumidores, una tecnología como la de Baicapil™ representa una gran oportunidad para las marcas que quieran extender su influencia a todos los segmentos. Mediante el desarrollo de productos de belleza inclusivos que nutren, cuidan y espesan el cabello, la industria cosmética puede crear productos efectivos que destaquen la necesidad (es decir, la demanda) de la belleza inclusiva.
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