Los beneficios de la lavanda ocupan un lugar central en la actual corriente de belleza holística que aboga por la fusión armónica del cuidado de la piel, la naturaleza y el bienestar. La relajante experiencia sensorial que ofrece esta conocida hierba aromática mediterránea invita a trascender los rituales de belleza convencionales, ofreciendo un momento de respiro en el ajetreo de la vida cotidiana.
Dado que la sociedad contemporánea parece fomentar el estrés y un flujo constante de estímulos tecnológicos, como parte del fenómeno conocido como belleza holística, cada vez más consumidores buscan impregnar los rituales de belleza de experiencias sensoriales, en busca de un momento en el que reinen la atención plena y la intención.
De hecho, varios estudios sugieren algunas de las claves de esta creciente tendencia. Por ejemplo, existen investigaciones recientes sobre la relación entre el estrés emocional y el aspecto físico; por otro lado, un estudio publicado por Klarna Insights muestra que el 39 % de los españoles cree que los cuidados de belleza son muy importantes para su bienestar mental, siendo la generación Z la que más tiempo dedica a su rutina de belleza.
Haciendo honor a la interconexión de mente, cuerpo y naturaleza, hierbas como la lavanda se consideran verdaderos tesoros botánicos, ya que ayudan a los consumidores a embarcarse en un viaje hacia el autocuidado. Si analizamos los 6 beneficios de la lavanda, descubriremos algunas de las conocidas propiedades de esta hierba para la mente y el cuerpo.
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Beneficios de la lavanda: de la tradición mediterránea al movimiento de belleza holística
Una breve introducción y contextualización en torno a esta hierba puede proporcionar algunas claves sobre los beneficios de la lavanda y su potencial para el movimiento de la belleza holística actual y futura.
Lavandula angustifolia, conocida comúnmente como lavanda, es un subarbusto aromático perenne originario de la zona mediterránea. Sus principales componentes son el ácido rosmarínico (2-3 %), principios amargos (picrosalvin o carnosol), taninos (5-10 %) y flavonoides (luteolina). Su aceite esencial se obtiene de las flores de lavanda.
El nombre del género procede de la palabra latina lavare, que significa «lavar» o «purificar». La etimología de su nombre ya nos introduce en el vasto conocimiento tradicional que rodea a esta hierba. De hecho, en las antiguas Grecia, Persia y Roma, la lavanda se utilizaba como aditivo para el baño, como loción y como antiséptico. Para los antiguos egipcios, su importancia se revela en el uso que hacían del aceite de lavanda para engrasar las tiras de lino empleadas para momificar a los muertos.
En la actualidad, como parte del movimiento de belleza holística, la ciencia cosmética está revisando esta extensa tradición mediterránea en torno a la lavanda. Esta tendencia, surgida como respuesta al acelerado ritmo del mundo actual, responde a los momentos diarios de relajación tan necesarios, al tiempo que acentúa la interconexión entre belleza, bienestar y autocuidado.
En su esencia, el movimiento de belleza holística es consciente de que la verdadera belleza surge de la armonía entre mente, cuerpo y espíritu. Esta filosofía se está incorporando cada vez más a la corriente dominante dentro de la industria de la belleza, con implicaciones que van más allá de los rituales del cuidado de la piel, llegando a otros segmentos como el cuidado holístico del cabello y el cuidado holístico de la boca.
La principal filosofía subyacente es que, incorporando momentos de tranquilidad y atención plena a las rutinas diarias, las personas pueden encontrar consuelo en la sencillez de los rituales de autocuidado. Esto se ve favorecido por la priorización de los ingredientes naturales, una tendencia que confluye así con las preferencias actuales por los extractos botánicos y los aceites de origen vegetal.
En este contexto, los valores relajantes, purificadores, curativos y apacibles asociados tradicionalmente a las flores de lavanda adquieren un nuevo significado para la sociedad contemporánea.
Los 6 principales beneficios de la lavanda
1. Antiinflamatorio
Uno de los principales beneficios de la lavanda es su capacidad para calmar la piel gracias a algunos de sus compuestos, entre ellos el linalool, que actúan sobre diversas vías implicadas en la respuesta inflamatoria.
Como tal, al aceite de lavanda se le ha atribuido la propiedad de aliviar los síntomas de algunas patologías cutáneas como la psoriasis, la dermatitis y el eczema. Además, se ha sugerido que las aplicaciones tópicas de aceite de lavanda podrían inhibir algunos estadios de las reacciones alérgicas.
Un estudio de investigación informó de los beneficios de un grupo de aceites esenciales, entre ellos el de lavanda, para tratar el eczema infantil. En este estudio participaron dos grupos de voluntarios. Los aceites esenciales probados se aplicaron en forma de masaje a un grupo, mientras que se añadieron al agua del baño del otro grupo. El tratamiento duró 8 semanas. Aunque la muestra era bastante pequeña (16 niños), se observó una notable mejoría de las zonas irritadas en ambos grupos (Cavanagh H.M.A. & Wilkinson J.M, 2002).
Éste y otros estudios sugieren que el extracto de lavanda y su forma jabonosa son muy recomendables para formular productos cosméticos para el tratamiento de la piel sensible y/o irritada.
2. Relajante y ansiolítico
El carácter aromático de la lavanda contiene propiedades relajantes y ansiolíticas. Como tal, ha mostrado poseer acción antiespasmódica sobre el músculo liso del intestino (íleon) y las paredes del útero, una acción que parece contribuir a inducir un estado de relajación en el ser humano.
Además, el linalool (uno de los compuestos presentes en la lavanda) se ha estudiado ampliamente por sus efectos calmantes sobre el sistema nervioso central. Al actuar como un sedante que ayuda a reducir el nerviosismo y la ansiedad, interactúa con los receptores neurotransmisores del cerebro (como los receptores GABA) que intervienen en la regulación de los niveles de ansiedad. A ello se añaden los efectos de la inhalación del aroma de lavanda, capaz de desencadenar diversas respuestas neurológicas que contribuyen a sus efectos ansiolíticos.
Estas conclusiones sugieren que uno de los principales beneficios de la lavanda es ser un potente remedio natural para la relajación.
3. Antioxidante
Gracias a su actividad antioxidante, otro de los beneficios de la lavanda es su acción protectora de la piel frente a los radicales libres, los cuales pueden aumentar con el estrés y la contaminación.
Esta acción responde al contenido en compuestos fenólicos de la lavanda, los cuales se cree que actúan como eliminadores de radicales libres in vitro (Bruneton J., 2001), entre otras ventajas.
En este sentido, su extracto es elogiado por su capacidad para proteger la piel y el cabello de los procesos oxidativos, una ventaja más a añadir a la lista de beneficios de la lavanda.
4. Astringente
Los taninos presentes en la lavanda (5-10 %) hacen que las aplicaciones locales de lavanda vuelvan impermeables las capas más externas de la piel y las mucosas, protegiendo así las capas más profundas. Estos componentes también presentan un efecto vasoconstrictor sobre los pequeños vasos sanguíneos superficiales, lo que a su vez puede ayudar a reducir la pérdida de líquidos y prevenir lesiones externas, facilitando la regeneración de tejidos en casos de heridas superficiales o quemaduras cutáneas (Bruneton J., 2001).
Teniendo en cuenta los beneficios de la lavanda, esta acción puede aplicarse en cosmética como regulador de la secreción sebácea y cicatrizante.
5. En consonancia con la naturaleza
La lavanda representa una oportunidad para alinear las rutinas de belleza con la naturaleza, en un momento en que las personas buscan cada vez más reconectar con el mundo natural.
Como ingrediente natural con una fragancia botánica seductora y relajante, el uso de la lavanda puede evocar la serena belleza de los campos de esta flor, fomentando una sensación de arraigo y equilibrio.
6. Antimicrobiano y antiséptico
La capacidad antimicrobiana de la lavanda se debe a su aceite esencial y a su componente fenólico, el cual comparte algunas características con el alcohol de acción antimicrobiana. De hecho, diferentes estudios de investigación han confirmado las propiedades antimicrobianas de los aceites esenciales, especialmente en bacterias resistentes a los antibióticos, como Staphylococcus aureus o Enterococcus faecium.
Por otra parte, los aceites esenciales también muestran efectos antisépticos contra diferentes bacterias patógenas, incluso cepas resistentes a los antibióticos. Por consiguiente, el extracto de lavanda resulta altamente indicado para formular productos cosméticos con acción purificante y antiséptica.
El repaso a estos beneficios nos permite comprender la versatilidad del extracto natural de lavanda. Utilizada en una gran variedad de formulaciones (desde jabones hasta cremas, lociones, champús, colonias…), la lavanda tiene el potencial de convertirse en un aliado crucial para los tratamientos de belleza holísticos, capaces de unir tradición y ciencia en beneficio de la mente y el cuerpo.
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