Cocreando Belleza Natural

El valor de los aceites vegetales sostenibles y dónde encontrarlos

Los aceites vegetales se han convertido en un componente muy popular y con un sinfín de aplicaciones. Derivados a partir de semillas, frutas, frutos secos y otras partes de las plantas, ya son muy habituales y resultan esenciales para diferentes tipos de usos, como la cocina, el cuidado de la piel y del cabello, o la cosmética.

De hecho, se prevé que la demanda mundial de aceites vegetales aumente en un 46 % de cara a 2050. En un contexto como este, las empresas se ven prácticamente obligadas a utilizar aceites vegetales sostenibles para causar el menor daño posible al medio ambiente, mientras satisfacen las demandas de los consumidores que requieren dichos aceites.

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Ahora bien, ¿cómo pueden garantizar las empresas que están utilizando aceites vegetales sostenibles y pueden conseguir que los clientes finales las consideren “empresas ecológicas”? Es posible que encontremos la respuesta en el tan demonizado aceite de palma y en las buenas prácticas promulgadas por la RSPO (Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible).

¿Por qué han adquirido tanta importancia los aceites vegetales dentro del sector de la cosmética?

En el sector de la cosmética natural, los aceites vegetales destacan por tener numerosas propiedades. A menudo, contienen componentes bioactivos beneficiosos, como ácidos grasos esenciales, vitaminas o antioxidantes, por lo que se utilizan para elaborar formulaciones destinadas a nutrir, hidratar y mejorar la salud en general de la piel y del cabello.

Al mismo tiempo, la industria cosmética valora especialmente algunas de las características intrínsecas de los aceites vegetales:

  • Resultan rentables: por ejemplo, parte del uso extendido del aceite de palma se debe a su elevada productividad y rendimiento. Pese a que el aceite de palma supone un ~40 % de la demanda mundial de aceites vegetales, sus plantaciones ocupan menos de un 5-5,5 % del total del área de cultivos de aceites.
    De hecho, en comparación con la mayoría de aceites vegetales, que requieren de muchas hectáreas para obtener la misma cantidad de cosecha, esta eficiencia en la producción de aceite de palma hace que sea un buen aliado para la sostenibilidad.
  • Permiten obtener muchos productos derivados, ya que se trata de una materia prima versátil que puede transformarse para satisfacer necesidades cosméticas concretas.
  • Presentan una elevada estabilidad y son fáciles de formular, dado que suelen tener una composición química compatible con un amplio abanico de ingredientes cosméticos. Además, gracias a sus diferentes texturas (desde más ligeras hasta más densas), los formuladores pueden seleccionar aceites con las texturas que se adapten mejor a la consistencia que buscan para un determinado cosmético.

Preguntas frecuentes acerca de los aceites vegetales

¿Qué son exactamente los aceites vegetales?

Los aceites vegetales son aceites derivados de semillas, frutas, frutos secos u otras partes de las plantas, que se extraen a través de varios métodos, como el prensado en frío o la extracción con disolventes.

¿Qué aceites vegetales existen?

  1. Aceite de oliva: se extrae del fruto del olivo y se usa mayoritariamente para cocinar. Sin embargo, los productos para el cuidado personal a partir de aceite de oliva también se están convirtiendo en una tendencia.
  2. Aceite de coco: derivado del fruto o de la pulpa de coco, también se utiliza para el cuidado de la piel y del cabello, debido a sus propiedades hidratantes.
  3. Aceite de girasol: se extrae de las semillas de girasol y se suele utilizar para cocinar. Sus propiedades antioxidantes lo convierten en una alternativa en auge para el cuidado del cabello.
  4. Aceite de palma: derivado del fruto de la palmera, su uso está extendido en la industria alimentaria y también se encuentra presente en muchos cosméticos y productos para la limpieza del hogar.

¿Qué beneficios aportan los aceites vegetales?

Los aceites vegetales ofrecen una gran cantidad de beneficios y sus aplicaciones no se limitan únicamente al sector culinario, donde es innegable que ayudan a mejorar el sabor y aportan un alto valor nutricional.

Por lo general, los aceites vegetales son conocidos por ser una alternativa natural, y a menudo más sostenible, para otros aceites derivados de animales. Asimismo, sus aplicaciones son extremadamente versátiles y están vinculadas a usos culturales y tradicionales.

En la cosmética, los aceites vegetales suelen utilizarse por sus propiedades hidratantes, ya que permiten hidratar y suavizar la piel. Además, muchos aceites vegetales contienen antioxidantes que ayudan a proteger la piel de los radicales libres, relacionados con el envejecimiento prematuro. Productos como el aceite de argán para el cuidado capilar ofrecen un excelente perfil nutritivo, ya que son ricos en nutrientes que revitalizan la melena. Por si fuera poco, algunos aceites vegetales, como el aceite de manzanilla o el aceite de caléndula, también tienen propiedades antiinflamatorias que permiten aliviar la piel irritada o inflamada.

La importancia de escoger aceites vegetales sostenibles

Si bien es cierto que existen muchos beneficios asociados a los aceites vegetales, también cabe mencionar que la producción no sostenible de los aceites vegetales puede acarrear efectos perjudiciales para el medio ambiente, la biodiversidad y las comunidades locales.

Una de las preocupaciones más apremiantes es la deforestación de grandes áreas de bosques para destinarlas a plantaciones de aceite de palma, sobre todo en las regiones tropicales. Esto genera un efecto dominó, ya que conduce a la pérdida de biodiversidad y a la destrucción del hábitat de muchas especies, además de contribuir al cambio climático, a la contaminación del aire y del agua, y a graves problemas de derechos humanos y sociales.

Precisamente por esta razón, cada vez hay más empresas que se comprometen a utilizar aceites vegetales sostenibles, que garantizan una reducción del impacto medioambiental, social y económico, en todas las etapas del proceso de producción del aceite. Así pues, la producción de aceites vegetales sostenibles permite evitar la deforestación y la destrucción de hábitats, además de minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuir a mitigar el cambio climático.

Estos esfuerzos son un reflejo del aumento de conciencia por parte de los consumidores respecto a esta cuestión. Y es que cada vez se preocupan más por el medio ambiente y buscan productos alineados con sus valores. Como resultado, la demanda de productos socialmente y medioambientalmente responsables no deja de aumentar, y las marcas se van sumando a esta tendencia. Hoy en día, adoptar prácticas sostenibles permite a las empresas diferenciarse en un mercado saturado, atraer a los consumidores preocupados por el medio ambiente y obtener una ventaja competitiva.

El aceite de palma supone un caso de éxito que representa el panorama hacia el cual se dirige el sector de los aceites vegetales sostenibles.

El auge de los aceites vegetales sostenibles y dónde encontrarlos

Recientemente, el uso del aceite de palma se ha asociado con prácticas socioeconómicas negativas o dañinas para el medio ambiente. De todos modos, resulta un componente fundamental en un gran número de alimentos, cosméticos, detergentes, piensos, etc. De hecho, se puede encontrar en prácticamente el 50 % de los productos envasados de los supermercados.

Es extremadamente versátil y estable, resiste bien a la oxidación y no tiene color ni olor. Asimismo, como ya hemos comentado más arriba, las plantaciones de aceite de palma son muy eficientes y producen altas cantidades de aceite a partir de pequeñas extensiones de terreno y durante casi todo el año.

A pesar de que el problema del aceite de palma no sostenible existe desde hace décadas, se ha llegado a la conclusión de que, si se pasara a otros aceites vegetales, se agravaría aún más el problema medioambiental, tal como lo indica la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Al fin y al cabo, conseguir una cantidad equivalente con otros aceites (como la soja, el coco o el girasol) solo haría que el problema llegara a otras partes del mundo y que se amenazara otros hábitats, otras especies y otras comunidades. Así pues, ha quedado claro que boicotear el consumo de aceite de palma no es la solución.

Aquí es justo donde entra en juego el aceite de palma sostenible. Iniciativas como la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible (RSPO) han desarrollado una serie de buenas prácticas para producir y extraer aceite de palma. Entre estas recomendaciones se encuentra el hecho de garantizar que las palmeras se plantan de forma sostenible sin recurrir a la deforestación, que no se instala ninguna plantación en suelos ricos en turba, que no se utiliza el fuego y que se respeta los derechos humanos.

Igual como pasa en otros casos, existen certificaciones cosméticas que ofrecen directrices para guiar a las empresas hacia ingredientes sostenibles, con el objetivo de que estén alineadas con las preferencias de los consumidores y que sean cada vez más transparentes sobre sus prácticas respetuosas con el medio ambiente.

La Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible fue creada en 2004 y sus miembros fundadores son el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la Asociación de Aceite de Palma de Malasia (MPOA), Unilever, Migros y AAK, además de una gran variedad de actores de sectores clave para la producción del aceite de palma.

A raíz de ello, se ha podido desarrollar e implementar el estándar de sostenibilidad más ambicioso del sector para la producción y obtención de aceite de palma sostenible. Su objetivo era “transformar el mercado para que el aceite de palma sostenible se convierta en la norma” y, en la actualidad, el 19,3 % del aceite de palma está certificado por la RSPO.

La entidad proporciona a las empresas diferentes acciones y niveles de contribución para que cada vez sean más sostenibles y que esto, progresivamente, se aplique a todos los puntos de la cadena de suministro.

En Provital, nos comprometemos a utilizar el aceite de palma sostenible. En ese sentido, nos hemos adherido al modelo de balance de masas, en el que parte de la producción de aceite de palma está certificado por la RSPO. En definitiva, nos aseguramos de que ponemos nuestro granito de arena para avanzar e incrementar la producción del aceite de palma sostenible certificado.

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