El auge del amaranto está directamente relacionado con la creciente incorporación de los llamados «superalimentos» a las fórmulas de belleza.
Los consumidores actuales son cada vez más conscientes de la importancia de la dieta para la salud del cabello, de hecho, hay estudios que confirman este cambio: por ejemplo, en una investigación realizada por Mintel en 2021 en Alemania, el 53% de los encuestados estaban de acuerdo en que el aspecto del cabello puede mejorarse a través de la dieta. En este contexto, el valor nutritivo de determinados ingredientes alimentarios se considera un activo para el cuidado del cabello.
Asimismo, esta tendencia coincide con el auge de los consumidores preocupados por su salud. La tendencia «foodie beauty «, conocida por dar prioridad a los ingredientes naturales y percibidos como seguros, ofrece un terreno propicio para este tipo de consumidor.
Desde los extractos de algas hasta el uso de la avena como sustituto de la glicerina para la hidratación capilar, todos siguen el mismo patrón en el desarrollo de innovaciones para la salud capilar, centradas en ingredientes cosméticos saludables extraídos de sustancias concebidas convencionalmente como alimentos.
En este contexto es donde el amaranto y sus extraordinarias propiedades para la salud capilar se perfilan como un nuevo ingrediente estrella para formulaciones de éxito.
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Qué es el amaranto
A partir de este ingrediente estrella que es el amaranto, se extrae el aceite de amaranto, un aceite vegetal extraído de las semillas de Amaranthus caudatus. Esta planta, conocida como kiwicha en quechua y cuyo nombre científico procede del griego amaranthos («flor que nunca se marchita»), es una planta de crecimiento rápido, originaria de América, con hojas, tallos y flores de color púrpura, rojo y dorado.
El amaranto ha sido cultivado durante miles de años por los pueblos indígenas de estas regiones y, gracias a su alto valor nutritivo, sus semillas ya eran un alimento básico en la dieta de aztecas e incas.
Cuando hablamos de aceite de amaranto, podemos adoptar distintos enfoques, lo que también nos lleva a obtener distintas calidades en términos de sostenibilidad y conservación del valor nutritivo. Por ejemplo, el Ama-oil™ de Provital tiene como prioridad obtener la máxima cantidad de los elementos adecuados procedentes de las semillas de amaranto. Para ello, se utiliza una técnica especial basada en la extracción con CO2, que mejora la eficiencia y la sostenibilidad del proceso.
La composición del aceite de amaranto
Los principales componentes del aceite de amaranto son:
- Ácidos grasos insaturados en gran cantidad (50-55 % de ácido linoleico, 20-30 % de ácido oleico, 10-15 % de ácido palmítico y cantidades menores de ácido esteárico y ácido alfa-linolénico).
- Escualeno (8-10 %).
- Tocoferoles (principalmente vitamina E).
- Diisoestearil malato.
¿Para qué sirve el aceite de amaranto? Los beneficios del aceite de amaranto para el cuidado del cabello
Una vez sabido qué es el amaranto, fijémonos en los componentes presentes en su aceite, que ya hemos descrito con anterioridad, y en sus beneficios específicos para el cuidado del cabello:
- El ácido linoleico favorece la elasticidad y la hidratación del cabello.
- El ácido oleico proporciona un efecto acondicionador profundo, mejorando la suavidad del cabello y evitando el encrespamiento.
- El ácido palmítico actúa como emoliente.
- El escualeno forma parte de los componentes lipídicos naturales del pelo, lo que mejora la biocompatibilidad del aceite de amaranto con el cabello y, por consiguiente, también su eficacia en formulaciones para la salud capilar. Es altamente eficaz para hidratar y proteger tanto el pelo como el cuero cabelludo, al proteger el cabello de los daños y, además, retener la humedad.
- La vitamina E actúa como un potente antioxidante, protegiendo el cabello del estrés oxidativo.
- Parte del Ama-oil™ de Provital es el malato de diisostearilo, un compuesto con propiedades filmógenas, que favorece la fijación del ingrediente activo al cabello y la reposición de los huecos causados por la pérdida de lípidos.
Como resultado, el aceite de amaranto es capaz de unirse a las fibras capilares y rellenar los huecos dejados por los lípidos, aislando de nuevo el córtex y protegiendo la estructura queratínica elemental. Aunque la disminución del contenido interno de lípidos del cabello puede producirse por diversas razones (entre ellas, el paso del tiempo), el aceite de amaranto ayuda a contrarrestar los efectos negativos en cascada de este proceso, evitando el exceso de humedad y el encrespamiento y conservando el peinado.
Una composición que convierte al aceite de amaranto en un aliado versátil para la salud capilar: desde productos capilares intensivos, fortalecedores y reparadores hasta fórmulas antiencrespamiento, hidratantes, acondicionadoras y de moldeado del cabello.
En un momento en el que el mercado de la salud capilar ha alcanzado la madurez suficiente para desarrollar una concepción más compleja de lo que realmente implica la salud capilar, el aceite de amaranto proporciona un potente ingrediente activo que actúa sobre las regiones deslipidizadas, restaura la estructura interna del cabello y favorece la duración del peinado.
De hecho, Ama-oilTM de Provital ha demostrado eficacia ex vivo en la protección contra los cambios de humedad, independientemente de la humedad ambiental, con un aumento de la protección del 26 % después de 6 horas (frente al placebo, de un 9 %); y del 32 % después de 24 horas (frente al placebo, de un 10 %).
En definitiva, como respuesta a la pregunta “¿qué es el amaranto y para qué sirve?”, podemos concluir que su aceite constituye un ingrediente integral para las fórmulas dirigidas a la salud capilar avanzada. Un ingrediente que se dirige a la raíz del problema, al tiempo que satisface las preferencias de los consumidores contemporáneos por los ingredientes naturales de origen alimentario.
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