La fabricación de productos de belleza de manera ética respeta tanto el medio ambiente como a las personas y comunidades que participan en el proceso de producción. Cada vez más, las expectativas de los consumidores van más allá de los elementos superficiales y examinan el comportamiento de las marcas a todos los niveles. En el mercado de la cosmética, por ejemplo, esto ha supuesto una mayor demanda de transparencia en los ingredientes.
Los consumidores ya no solo exigen estos comportamientos a las marcas, sino que también están dispuestos a pasar a la acción. De hecho, según la encuesta global de Euromonitor de 2021, el 17% de los consumidores está dispuesto a pagar más por productos con responsabilidad medioambiental y ética, mientras que el 9% pagaría más por productos desarrollados en el marco de un comercio justo.
Al mismo tiempo, el concepto de sostenibilidad se amplía para incluir acciones con un propósito. La misma encuesta descubrió que, ante la pregunta «¿cuál de las siguientes actividades suele realizar para participar activamente en cuestiones políticas y sociales?», la Continúa leyendo para descubrir cómo Provital, como primer proveedor de ingredientes cosméticos que cumple el protocolo de Nagoya, ha conseguido convertirse en un socio ineludible para las marcas que buscan dar forma a su propia fabricación de productos de belleza de manera ética.
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El protocolo de Nagoya: la clave para una fabricación de productos de belleza de manera ética
El Protocolo de Nagoya se estableció en 2002 con el objetivo de implementar una distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos, contribuyendo así a la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad.
Este protocolo reconoce la necesidad de una legislación internacional que supervise un mundo interconectado en el que las empresas recurren a la naturaleza y al conocimiento milenario de la humanidad. Esto se corresponde con el auge de los productos de belleza y cuidado personal orgánicos y naturales, regulados por certificaciones internacionales y conocidos también como biocosméticos. Al mismo tiempo, las empresas han asumido la garantía de la conservación de la biodiversidad a través de la cadena de valor y el aumento de las certificaciones orgánicas de cuidado de la piel para las marcas privadas, con el fin de proporcionar soluciones a los consumidores cada vez más conscientes e informados.mayoría de los participantes respondió «comprar a las marcas que apoyan asuntos sociales y políticos que están alineados con mis valores».
Estas tendencias de consumo transmiten un claro mensaje a las empresas: a una fabricación de productos de belleza de manera ética, le seguirán los clientes. A fin de cumplir con este objetivo, las marcas deben buscar proveedores fiables que sean capaces de proporcionar ingredientes sostenibles y éticos.
El protocolo de Nagoya reconoce que los países tienen derechos soberanos sobre los recursos genéticos y el conocimiento tradicional. De esta manera, cuando una multinacional aprovecha estos recursos para desarrollar productos nuevos e innovadores, estos derechos deben ser respetados.
En definitiva, cuando se obtienen beneficios de la investigación o del uso comercial, éstos deben compartirse de forma justa y equitativa con el país que proporciona los recursos.
A este protocolo se han unido más de 100 países, creando un marco para el biocomercio ético que garantiza una mayor transparencia en la rastreabilidad de los productos finales, a la vez que fortalece las relaciones entre proveedores, empresas y clientes.
Siguiendo nuestro compromiso de ayudar a las empresas en la fabricación de productos de belleza de manera ética, Provital es el primer proveedor de ingredientes cosméticos a nivel mundial en conseguir el Certificado de conformidad internacionalmente reconocido (IRCC por sus siglas en inglés) del Access and Benefit-Sharing Clearing-House (ABSCH). En otras palabras, somos la primera empresa de nuestro sector que posee el certificado oficial que confirma que nuestra empresa cumple los requisitos del Protocolo de Nagoya.
Un ejemplo de fabricación de productos de belleza de manera ética: Mujeres y ambiente, un proyecto de Provital suscrito a Nagoya
El proyecto Mujeres y ambiente ha abierto la puerta a Provital a convertirse en el primer proveedor de ingredientes cosméticos que cumple con los requisitos del protocolo de Nagoya.
Adquirimos plantas en todo el mundo, al tiempo que trabajamos para producir y vender ingredientes activos para la industria cosmética a partir de fuentes vegetales. No obstante, para nosotros, conseguir la fabricación de productos de belleza de manera ética y de confianza es una prioridad, por lo que intentamos estar en contacto directo con los agricultores.
Un ejemplo de ello es el proyecto Mujeres y ambiente, fundado por Doña Eulalia Moreno y sus dos hijas, con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las comunidades agrícolas locales a través de una microempresa centrada en el cultivo sostenible de hortalizas y plantas medicinales y aromáticas. El proyecto se centra de forma activa en el toronjil o agastache mexicana, una planta autóctona de México que utilizamos para nuestro activo Agascalm™.
A través de este proyecto, nos cercioramos de que ayudamos a promover el empoderamiento de las mujeres y las economías locales sostenibles. De esta manera, nuestra planta de producción en México crea equipos locales que se centran en la formación y las infraestructuras, lo que permite a la comunidad aumentar también sus ingresos y su desarrollo económico.
El proyecto Mujeres y ambiente engloba varias cosas: es un proyecto de agricultura social y sostenible que, además, incorpora procesos de investigación y educación. Todo ello se traduce en la fomentación del abastecimiento ético local, la biodiversidad y el cultivo sostenible.
El compromiso de Provital con la fabricación de productos de belleza de manera ética va más allá de este proyecto galardonado. Por ejemplo, para crear nuestro ingrediente activo Affipore™, también hemos compartido nuestros beneficios con los guardianes del conocimiento tradicional africano.
Así pues, Provital ha pasado a ser el socio perfecto para las empresas que buscan su propia fabricación de productos de belleza de manera ética.
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