El aceite mineral es una sustancia incolora e inodora derivada del refinado de petróleo crudo.
Se trata de un aceite que se usa ampliamente en diversas industrias. Para el sector cosmético, en concreto, el aceite mineral se somete a un minucioso proceso de refinado que termina con lo que se denomina «aceite mineral blanco», una sustancia altamente purificada en la que se han eliminado las impurezas y que cumple las normas reglamentarias aplicables.
Dentro de la cosmética, el aceite mineral ofrece una serie de propiedades beneficiosas. Por un lado, sus capacidades hidratantes se deben a su acción de agente oclusivo eficaz, formando una barrera en la superficie de la piel que impide la pérdida de humedad. Al formar parte de la categoría de emolientes, también ayuda a suavizar la piel. Por otro lado, el aceite mineral también ha sido elogiado por ser un ingrediente estable e inerte para la formulación cosmética, es decir, para mantener la integridad de los productos cosméticos, además de por su capacidad para actuar como disolvente.
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Sustitutos al aceite mineral: presentamos las alternativas naturales
En la búsqueda de sustitutos adecuados a dicha sustancia derivada del petróleo, que es el aceite mineral, se ha encontrado un aliado natural en varios aceites vegetales eficaces.
Los aceites minerales de grado cosmético se han utilizado ampliamente en la industria y, según organismos reguladores, como la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) y la Agencia Europea del Medicamento (EMA), se los considera seguros cuando se refinan adecuadamente.
Sin embargo, últimamente, los consumidores se han preocupado por encontrar sustitutos a lo que es el aceite mineral. Una razón fundamental para ello está relacionada con su origen derivado del petróleo. Un origen cada vez más cuestionado por los consumidores motivados por la sostenibilidad y que muestran una preferencia significativa por los aceites naturales y de origen vegetal.
En vista de tales cambios en las decisiones de los consumidores, la industria cosmética se ha adentrado en la búsqueda de sustitutos al aceite mineral. Una tendencia que se refleja en el aumento del número de productos que utilizan el reclamo «libre de aceite mineral/petróleo». Este aumento se produce en todas las categorías importantes de cosméticos, siendo los cosméticos de color los que registran el mayor crecimiento.
En este contexto, una cantidad cada vez mayor de opciones de belleza botánica ofrece una perspectiva positiva para encontrar sustitutos al aceite mineral.
¿Por qué buscar sustitutos al aceite mineral?
Tal como se ha visto anteriormente, en cosmética, el aceite mineral se ha utilizado ampliamente como una opción eficaz y barata para las fórmulas hidratantes. Observando el mecanismo que hay detrás de este poder hidratante, es importante comprender que estos aceites actúan como oclusivos y, en consecuencia, disminuyen la pérdida de agua transepidérmica (TEWL por sus siglas en inglés). Por otra parte, presentan una baja capacidad de penetración en la piel, con lo que se alejan de las tendencias hidratantes avanzadas, como el hidroboosting.
Según hemos mencionado anteriormente, la misión de encontrar sustitutos a lo que es el aceite mineral se debe, en parte, a la preferencia por prescindir del uso del petróleo y acercarse a las fuentes vegetales. Sin embargo, este cambio de preferencias también puede atribuirse a un mayor conocimiento científico sobre los mecanismos de hidratación. En este sentido, se ha descubierto que ciertos aceites de origen vegetal proporcionan una mejor hidratación, siendo capaces de penetrar en la piel más profundamente, debido a que presentan estructuras químicas más pequeñas.
Asimismo, aquellos que buscan un sustituto al aceite mineral pueden acceder a la amplia gama de beneficios que ofrece el aceite vegetal adecuado, proporcionando un enfoque integral y extenso del cuidado de la piel, que incluye la pérdida de agua transepidérmica e incluso más allá.
¿Cuál es el mejor sustituto al aceite mineral?
Para quienes buscan alternativas a los aceites minerales, existen diversos aceites vegetales que representan una elección inteligente y muy utilizada. Desde la textura similar al sebo natural de la piel del aceite de jojoba hasta el profundo poder nutritivo e hidratante del aceite de coco o la intensa actividad antioxidante del aceite de argán.
Dentro del contexto específico que plantea la búsqueda de sustitutos al aceite mineral, cabe destacar el aceite de manteca de karité. La manteca de karité (Butyrospermum parkii), que se obtiene de la semilla de esta planta, es naturalmente rica en materia grasa y se utiliza mucho en la industria cosmética y alimentaria.
El aceite de manteca de karité representa un emoliente excepcional, tanto para el cuidado de la piel como del cabello, debido a su contenido en triglicéridos e insaponificables.
Como potente emoliente, el aceite de manteca de karité es capaz de rellenar los espacios entre los corneocitos sin actuar como agente oclusivo, reparando la piel y aumentando su permeabilidad, mejorando así su función de barrera. Esto es válido sobre todo para la piel seca, que a menudo ve comprometida su integridad y se agrieta.
Esta acción se ve amplificada por sus componentes, como la vitamina E y el ácido linoleico (ácidos grasos esenciales o AGE), que restauran aún más la integridad estructural y la función de las membranas celulares. De hecho, las deficiencias relacionadas con los AGE producen efectos fisiológicos como la hiperproliferación epidérmica, que se traduce en un aspecto escamoso de la piel, además de daños en la estructura de barrera de la piel, con el consiguiente aumento de la pérdida de agua transepidérmica. A estas ventajas, hay que añadir la actividad antiinflamatoria, antimicrobiana y fotoprotectora observada en el aceite de nuez de karité.
Este ingrediente natural se perfila así como un aliado clave para formular productos cosméticos, que no se limitan a buscar sustitutos a lo que es el aceite mineral, sino que también proporcionan una reparación y un acondicionamiento profundos, tanto para la piel como para el cabello.
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